Los hábitos que permiten un adecuado estado físico, mental y social se convierten en nuestro estilo de vida. Los estilos de vida de una persona están determinados por cuatro factores generales que son: rasgos individuales (personalidad, creencias, escolaridad, intereses, etc.), entorno microsocial (familia, amigos, ambiente laboral/estudiantil), entorno macrosocial (cultura, redes sociales, tradiciones, medios de comunicación) y demografía.
Para contar con un estilo de vida saludable es necesario tener en cuenta factores como: alimentación, actividad física, horas de sueño, medio ambiente, actividades sociales y recreativas. No existe un único estilo de vida saludable, debido a que éste depende de las características de cada persona, aunque es posible seguir recomendaciones generales de acuerdo a la edad, sexo y condiciones especiales, que nos acerquen a un estilo de vida saludable.